—¡Eres un perfecto diablo, Lestat! —iba diciendo—. Eso es lo que eres. ¡Eres el mismo Diablo!
—Sí, lo sé —decía yo. Era tan encantador mirarlo, ver que la rabia lo llenaba de vida—. Adoro oírte decir eso, Louis. Necesito oírtelo decir. No creo que nadie lo diga nunca como tú lo dices. Vamos, dilo otra vez. Soy un perfecto diablo. Dime lo malo que soy. ¡Me hace sentir tan bueno!
Amaral - Revolución
Mientras tú dormías, yo solía pasear por estas calles. Disfrutaba recorriendo la ciudad desierta de noche. Mientras todos dormían en solitaria vigilia, para mí era un momento placentero. El tacto de los adoquines bajo mis pies, la fragancia del aire humedecido, el distante rumor de las bocinas, los animales, un anagrama de sonidos. Y estando allí, aunque no pudiera oír tu voz, ni ver tu silueta, te sentía de un modo inexplicable. Y entonces hallé mi respuesta.
Crees en las hadas
Da rienda suelta a tu imaginación, cree y se feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario